?ADICCI?N A LOS ALIMENTOS?

?ADICCI?N A LOS ALIMENTOS?
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La adicción a los alimentos es un tema que sigue generando controversia entre los científicos. Mientras para muchos esta adicción es completamente real (alimento como droga) otros se mantienen escépticos al respecto.

Esta supuesta adicción puede ser una de las causas del sobrepeso y la obesidad y también lo sería del gran índice de fracaso en su tratamiento. Este hecho pondría en entredicho la tan mencionada “falta de voluntad”.

¿Existe la adicción a los alimentos?

Mientras que en otro tipo de dependencias el agente causal está claramente identificado (drogas, alcohol, tabaco, juego...) en el caso de los alimentos no se ha identificado ningún compuesto que, por sí solo, pueda considerarse causante de esta adicción. Aun así, cuando preguntamos por este tema, muchas veces se mencionan los helados, chocolate, patatas fritas, pizzas y ultra-procesados similares. El pan también es muy común en este tipo de listados.

Estos ultra-procesados, por un lado, tienen muchísimo azúcar (considerado por muchos como el gran enemigo) y por otro lado, en su composición, también encontramos grasas de mala calidad, aditivos, y edulcorantes de distintos tipos. Además, suelen tener muy poca cantidad de fibra y proteína, dos componentes de los alimentos íntimamente relacionados con la capacidad saciante.

El excesivo procesado, la facilidad de acceso a ellos, la combinación de ingredientes, el bajo poder saciante, el bajo precio y/o la aparición de péptidos con acción similar a los opioides en su digestión pueden ser los causantes del gran placer y de la gran dependencia que pueden generar.

Sin lugar a dudas este punto de vista basado en la dependencia debe guiar las medidas tomadas en el ámbito de la salud pública para la prevención de la obesidad y otras enfermedades crónicas. Entre esas medidas podrían estar, la reducción de la publicidad, la regulación de precios, el control de la accesibilidad y los avisos en los envases.

Este punto de vista también debe ejercer un efecto en nosotros mismos. Debe hacernos más conscientes al comprarlos o por ejemplo, al ofrecérselos a un niño.

Cuidaos.


Publicado por Iñaki Elortza Sarasketa
Farmacéutico y graduado en Nutrición y Dietética